miércoles, 16 de julio de 2014

El instinto de muerte, parte 2: agresividad.

Ya dediqué una entrada al instinto de muerte en lo que se refiere a la autoagresión. Ahora corresponde ver algunos aspectos de este nefasto impulso en lo que se refiere a destruir a los de al lado; una manera muy común es el clásico chaqueteo, como se conoce en Chile, o sabotaje para que se entienda. En lo particular, me parece un muestra de pobreza humana bastante grande, y no hablo de pobreza económica, sino de pobreza espiritual, incluso intelectual. Conozco algunas personas que practican el arte del chaqueteo constantemente, ya sea en persona o través de otros medios. Las redes sociales (facebook) son un caldo de cultivo para este tipo de agresiones, sobretodo de manera solapada o pasivo-agresiva. Es triste ver como algunos/as se dedican a tirar palos, indirectas, a sus "amigos" de Facebook. Lo peor es que a la víctima en este caso, se le dificulta bastante poder confrontar estas cosas, dada la falsedad del mundo virtual de querer quedar bien con los demás. Algunos son tan sumisos que le ponen "me gusta" al palo que va contra ellos. Insólito.

He hecho un análisis un tanto visceral y agresivo de esta situación, pero es que me apestan profundamente los weones pasivo-agresivos, por lo cobardes y falsos que pueden llegar a ser. En fin, voy a describir algunas conductas de agresión a los demás:
  • Agresión física, de diversa gravedad. Abuso de fuerza en general.
  • Agresión verbal, de diversa gravedad. Denostaciones, garabatos de grueso calibre.
  • Agresión psicológica en diversos grados. Manipulaciones, chantaje, extorsión, amenazas de cualquier tipo. 
Estas tres que mencioné son formas de agresión explícitas y directas, penadas inclusive por la ley...pero hay más, que muchas veces pasan piola...
  • Conducta pasivo-agresiva: voy a explicar en sencillo este concepto. Es un rasgo o estilo de personalidad en el cual la persona no agrede a los demás de manera directa, sino que lo hace a través de diversas formas indirectas. Ejemplo: comprometerse a algo y no cumplir, poner mala cara pero no decir nada, ir a una situación social y funarse, o sea, aburrirse o enojarse, demostrando esta emoción activamente para cagar el carrete de los demás. Si se fijan, hay un rasgo común de fondo en este tipo de conductas, que tiene que ver con lo solapado de los mensajes que transmiten. Por eso digo que son cobardes, ya que no se atreven a confrontar de manera directa a los demás. Esto supone un conflicto grande para quien recibe estas agresiones, ya que muchas veces no se da cuenta, pero igual la agresión afecta a nivel inconsciente.
  • Discriminaciones de cualquier tipo, ya sea por edad, sexo, orientación sexual, situación socio-económica, raza o etnia, ideología política, religiosa o espiritual, etc.
  • Imponer la opinión propia por sobre las demás, anulando y no respetando el pensamiento del otro/a.
  • Acoso, ya sea laboral, sexual, escolar, doméstico. 
  • Normas sociales formuladas de manera ilógica, es decir, injusta a fin de cuentas. Coartar la libertad individual de las personas, mientras esta no viole la libertad de los demás, constituye a mi parecer una forma de agresión profunda, que muchas veces avalamos como sociedad porque la norma así lo dicta y hay que hacerle caso. Los ejemplos son muchos: algunas leyes, las religiones en ocasiones,  los reglamentos internos, la tele basura, noticieros, diarios, tradiciones familiares enfermizas... Estas agresiones tienen bastante de pasivo-agresivas, así que traten de detectarlas antes de recibir el puñetazo en la cara.
  • Agresión por omisión o negligencia. No podemos pretender ser superhéroes salvando a todos los demás, sin embargo hay situaciones en las cuales el o la de al lado necesita tu ayuda en ese momento, y no darse cuenta, o no querer cooperar, es un tipo de agresión.
La lista aquí es bastante larga, no me detendré a pensar en más por ahora. Lo que quiero decir es que repudio profundamente la agresión en general, y trato de luchar contra ella día a día en la medida de lo posible. Por eso les digo amigos, no sean peleadores, no anden con la cara larga todo el día, no sean chaqueteros por favor... Yo creo en el karma, aunque esté manoseado el término; creo que lo que hacemos es lo que se nos devuelve, y eso lo he comprobado día a día. Sean personas de bien, pásenlo bien, portense mal pero sin cagar a nuestros hermanos de al lado.

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