martes, 15 de julio de 2014

El instinto de muerte, parte 1: autodestrucción.

La teoría freudiana plantea un concepto bastante decidor acerca de la naturaleza humana, que tiene que ver con el instinto de muerte. Para Laplanche et al. (1996), este tipo de pulsiones se dirigen hacia dos focos distintos, cuando las expresamos en conductas. Por una parte, hacia dentro, a nosotros mismos, con tendencia a la autodestrucción. Por otro lado, las encauzamos hacia el exterior, manifestándola en forma de pulsión agresiva o destructiva.

Si miramos este supuesto teórico en la realidad, nos podremos dar cuenta de lo cierto y evidente que resulta al analizarlo en nuestra vida diaria. Resulta triste darse cuenta de que, en la fantasía inconsciente, constantemente nos queremos matar a nosotros mismos y a los demás, a cada rato, y muchas veces sin percatarnos. No estoy diciendo que las personas seamos todas suicidas, psicópatas ni asesinos. Lo que pasa es que en el mundo inconsciente, cabe precisar que la realidad visible se exhalta notoriamente en función de lo que es moral, correcto o lógico. Lo vemos reflejado en nuestros sueños. Tal como relataba Freud, estos constituyen un acertado reflejo de nuestros instintos más ocultos. Y entre ellos, ese deseo inconsciente de matar.

Voy a ser más explicativo al respecto. Con respecto a la manifestación de este instinto hacia dentro, es decir, autodestructivo, hay múltiples conductas que pueden ser gatilladas por este deseo suicida inconsciente; algunas son las siguientes:
  • Abuso de sustancias autodestructivas, como pueden ser el alcohol, tabaco, drogas duras, incluso el azúcar  o la comida basura pueden ser una manera inconsciente de destruirse (se materializa en diabetes, obesidad, insuficiencias orgánicas en general).
  • El rasgo masoquista de mantener relaciones autodestructivas, ya sea con amigos, parejas, inclusive con miembros de la familia, que inconscientemente coartan las capacidades o la felicidad de esa persona
  • Autolimitarse a través de la procrastinación, falta de voluntad, autonegligencia, incapacidad o despreocupación por la situación propia, etc. Esto puede ser causado por una baja autoestima y/o relaciones autodestructivas "mutilantes". Se manifiesta, por ejemplo, en cuadros depresivos, casos de situación de calle, extrema dependencia de los demás, y muchas otras.
  • Agresiones, ya sea activas o pasivas, hacia nuestra propia persona. Ejemplos: anorexia, tricotilomanía, bulimia, emborracharse o drogarse en exceso, automutilación, culpabilizarse por todo.
  • Conductas riesgosas, que si bien podrían aumentar la adrenalina o provocar emociones positivas, también constituyen a nivel inconsciente un intento de autodestrucción. Aquí entran los deportes extremos en general, el uso de drogas peligrosas, enfrentar situaciones de riesgo como andar en un barrio peligroso por la noche, una pelea callejera, promiscuidad, etc. No siempre son dañinas, sin embargo constituyen posibles riesgos igual.
  • Exponerse a situaciones tediosas o desagradables, en contra de nuestra voluntad, pero que sin embargo las hacemos igual. Ejemplos: estar con personas que no nos agradan, hacer sacrificios en general, ya sea al comprometerse con algo aburrido, sacrificar nuestros deseos en favor de creencias religiosas fanáticas, tradición familiar, normas institucionales, moral obsesiva enfermiza y cualquiera de esas estupideces que te cagan la cabeza a la larga.
Esas son algunas que se me han ocurrido, de seguro hay muchas más. Al respecto, me gustaría decir, como consejo, que no se dejen llevar por estas pulsiones, intenten detectarlas antes y reflexionar al respecto. Puesto que el llevarlas a cabo es entrar en un círculo vicioso de hábitos destructivos que no te van a llevar a ninguna parte. Lo digo porque he actuado algunas de estas conductas, y luego me di cuenta que simplemente era hacer un daño gratuito e idiota a mi persona.

Eso sería con respecto al instinto de muerte en la autodestrucción. Luego escribiré algo acerca de esta pulsión cuando va dirigida hacia los demás. Dejo un videoclip que encontré recién, no conozco ni en pelea de perro a los autores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario