jueves, 17 de julio de 2014

El ambiente y las emociones

Ya que hablé anteriormente de agresividad, cabe mencionar que esta se provoca a raíz de emociones negativas de la persona que (se) agrede, como pueden ser el miedo, la rabia, la pena, etc. Otra variable de las dinámicas emocionales tiene que ver con que todo el tiempo estamos estableciendo interacciones emocionales con el entorno, en la familia, en la calle, con los amigos y amigas, o en situaciones cotidianas. Es una cualidad común a la especie humana. Lo complicado viene cuando sin darnos cuenta, nos ponemos de mal humor, o sea, nos surge una emoción negativa. Porque si es una sensación agradable, da lo mismo, sólo queda disfrutarla.

En lo personal, me pasa harto esto de enganchar emocionalmente. Lo llaman sensibilidad. En general me considero relajado, pero hay hueás que me empelotan. Recuerdo una mañana especialmente penca, tenía que ir a mis labores de práctica y me pasaron cosas como éstas:
  1. Me desperté sin dormir bien, de mal humor y cansado.
  2. No tomé desayuno porque iba atrasado (estaba a 30 kms. del centro de práctica)
  3. Las micros no me paraban, y la que lo hizo se demoró más de media hora en pasar.
  4. Me subí, y la hueá iba llena, pero llena llena, onda que no podís mover ni el brazo, menos ponerte el mp4. Agrega a eso la escasés de oxígeno adentro.
  5. Llegué como 20 minutos tarde, parece que no me cacharon..
Como ven, las situaciones hicieron que mi emoción negativa aumentara considerablemente. Ahora veamos una experiencia de interacción emocional positiva:
  1. Me desperté descansadito, dormí de 7 a 8 horas como corresponde.
  2. Tomé desayuno relajao, su café y sus galletas.
  3. Caminé a la pega, me queda a dos cuadras (esta vez estaba en Chillán)
  4. Llegué a la hora, saludé a la gente de la oficina y me instalé, todo bien.
  5. Fue una mañana agradable, me sentía enfocado y creativo. Además, el día estaba bonito.
Ven la diferencia? Es cuática la manera como las circunstancias y el entorno nos influyen en el estado de ánimo y en lo que sentimos. Por eso, a veces es mejor evitar ciertas situaciones o personas que frecuentemente nos cagan la onda, y hacernos hábitos positivos en el día a día. No se trata de llevar un control exhaustivo/obsesivo de lo que siento, porque eso es complicado; hay veces en que no sé que cresta me pasa emocionalmente hablando, y es natural. Aunque lo mejor es poder ser capacer de reconocer nuestras emociones y sus circunstancias, y encauzarlas hacia lo positivo.

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