domingo, 15 de marzo de 2015

Contacto humano

Desde que somos concebidos, establecemos un contacto tanto emocional como corporal con nuestra madre. Al nacer, este contacto se ve reforzado, así como también puede darse el caso de que ambos sean separados, por ejemplo, cuando las madres abandonan a su bebé, o alguno de los dos muere. Bueno, en caso contrario, este contacto establecido constituirá un primer acercamiento a las relaciones humanas en general. Sabemos que las primeras etapas de la vida son determinantes para modelar nuestro carácter y la base de nuestra personalidad, de ahí su importancia.

El contacto que logramos establecer con los y las demás va a variar según la persona, indudablemente. Hay quienes lo establecen con mucha naturalidad, aquellos/as que son más cálidos o 'de piel'. Esta característica se da con frecuencia tanto en culturas (ej: centroamérica), como en algunas personas que podemos identificar en nuestro círculo próximo. En el otro extremo, están la personas cuyo contacto con los demás se hace más difícil, son más tímidos, más fríos. En este caso, muchas veces la dificultad de contacto se vuelve un gran problema para el individuo, puesto que al no poder crear este lazo afectivo de tocar, acariciar o entregar afecto y emociones al otro/a, sus vínculos se van a ver afectados en gran medida. Como seres humanos, necesitamos el afecto de los demás, pero si el individuo no puede desplegar herramientas para conseguirlo y darlo, la cosa se complica. Esto afecta a sus relaciones familiares, amistades y por cierto, al no poder comprometerse afectivamente con otra persona.

Es importante que como seres humanos, fomentemos este tipo de cosas, el dar afecto, abrazar, tocar, pero de maneras que no se vuelvan invasivas para el otro/a, ya que, es muy común que quienes rehuyen contactarse, también se les dificulte el recibir el contacto. Como ven, la palabra contacto aplica tanto a lo corporal como a lo emocional, y es que estas dos dimensiones se encuentran en relación directa y constante. Nuestro cuerpo expresa nuestras emociones, y estas emociones también pueden variar en función de lo que expresa el cuerpo (ej: al bailar). En este sentido, las emociones también deben expresarse con cuidado ante personas evitativas de contacto. Quizás este individuo tuvo bastantes desilusiones y vulneraciones a su parte afectiva, por lo cual, posee un muro alto de defensas. Los psicólogos/as y profesionales que trabajan con niños/as saben bien este punto. Todos sabemos lo delicado que es contactar con un infante que no sea nuestro ser querido. Pero también pensemos en el niño interior que cada uno de nosotros posee, ese niño/a ávido de recibir afecto, que por cosas de la vida ha reprimido esta necesidad bajo la piel de un adulto frío. 

Lamentablemente, la cultura nos lleva a conductas muchas veces dañinas para el alma, como por ejemplo, la falta de contacto real entre seres humanos. Digo real, porque muchas veces el contacto es artificial, cuando las relaciones no poseen un trasfondo de afectividad y amor, como puede ser una relación de negocios, o ir a comprar al supermercado. Cuando este contacto artificial sucede en nuestras relaciones cercanas, no es satisfactorio, el afecto se vuelve falso y crece el individualismo de la mano con la soledad. Mi propuesta es, en función de lo que cada uno/a pueda, según los propios ritmos psicológicos, incorporar el contacto a nuestras vidas, y también fomentarlo de parte de quienes nos lo dan, teniendo presente siempre los límites. Esto es, decir una palabra bonita, una palmada en el hombro, un abrazo, un beso, un te quiero, un chocolate... Hay tantas maneras como seres humanos hay. Por eso, si deseas aumentar tu contacto con los/as demás, escoge la manera que más se acomode a ti, y hazla realidad. Yo también lo intentaré. Así, si todos hiciéramos estas pequeñas cosas más a menudo, sin duda nuestro mundo sería mucho más amable y bello.

jueves, 5 de febrero de 2015

La mente agotada

A través de mis investigaciones personales por placer, me tomé con un concepto bastante curioso y a la vez muy común en nuestra sociedad. Se trata de la 'neurastenia', término que fue popularizado por Freud, y posteriormente en los sesenta, se convirtió en un tópico musical recurrente, debido a lo común que era el trastorno en la vida de la ciudad. Se trata de un trastorno que emerge cuando el individuo realiza un esfuerzo mental (o físico) intenso o prolongado, en forma de cansancio tanto mental como físico.

Creo que muchos al leer esta definición, se podrán sentir identificados, ya que creo no equivocarme al decir que todos hemos sufrido neurastenia por lo menos una vez. Por ejemplo, cuando tienes que estudiar para una prueba o certamen, y la materia no te gusta. O cuando estás en una situación que no te agrada, pero debes fingir que todo esta bien (una fiesta aburrida, por ejemplo). Básicamente, el fingir te va a provocar neurastenia en muchos casos. La sonrisa falsa, la represión de tu opinión, o peor, de tu identidad. La naturaleza siempre hace los ajustes correspondientes, y esa energía extra que utilizaste, te pasa la cuenta. 

En Chile, una de cada tres personas se declara como muy estresado (34%), y otro tercio dice sentirse medianamente estresado (32%) (Fuente: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2013/06/659-529720-9-estudio-dice-que-uno-de-cada-tres-chilenos-se-siente-muy-estresado.shtml). Además de parecerme unas cifras alarmantes, creo que gran parte de este estrés se debe precisamente a la neurastenia. El estilo de vida actual es muy demandante para nuestra salud mental, en lo laboral, social y familiar. Aun no olvido esas tardes de estrés en mi trabajo de hace un tiempo, en donde tenía que atender público sin chistar, y aguantar todo tipo de descargos y agresividad de los clientes y de los colegas. Eso sucede en muchos trabajos, y para qué decir en otros ámbitos de la vida social. Es un problema de nuestra cultura, algo aterradoramente arraigado.

Por eso, creo que lo mejor que podemos hacer por nuestro bien es ser auténticos con nosotros mismos, con el verdadero yo, y poder expresarlo sin escrúpulos en cualquier situación. En lo personal, pienso que muchas situaciones sociales son agobiantes por este motivo. Por las formalidades, el protocolo, la presentación personal, las costumbres! Nada más alejado de la espontaneidad, y que por cierto son verdaderos 'fenómenos vampiros' de tu energía. Evítalos, siéntete cómodo, no finjas. Se tú mismo, y verás que tu energía vital aumentará como la espuma, y te proporcionará alegría y optimismo. Hay algunas maneras de evitar la neurastenia. Por ejemplo, trabajar tu asertividad para con los demás, o practicar alguna actividad que te sirva como vía de escape anti-estrés, como los deportes, el yoga o las artes marciales. Cada uno de nosotros conoce el camino que te/me ayuda de mejor manera. Ya que hay situaciones, como el trabajo, que son deberes irrenunciables, pero el autocuidado psicológico es fundamental para poder vivir la vida de forma más plena y satisfactoria.

martes, 3 de febrero de 2015

El placer, parte 1: tipología

Hace varios meses que no escribía en este blog, ya que estuve bastante ocupado titulándome. Hoy, 2015, puedo decir que soy un profesional, cesante pero profesional igual, y este es mi primer ensayo desde que me convertí en psicólogo con todas sus letras. Por supuesto, estoy muy feliz de este logro, y en relación a esto y a cómo me siento ahora, he venido a hablarles acerca del placer. Este es uno de mis temas preferidos... bueno, a quién no le gusta el placer? A mi me encanta jakjajja.

Al respecto, podemos decir que existen distintos tipos de placer, los cuales mencionaré a continuación:
  1. Placer corporal-físico: incorpora los órganos de los sentidos y también otros sentidos internos que la ciencia no siempre considera. Tiene que ver con nuestra conciencia corporal, cómo sentimos nuestra materia orgánica (Si se quiere, podemos englobar en el físico, varios placeres descritos a continuación, pero prefiero describirlos uno por uno).
  2. Placer sexual: a veces es parte del placer físico, pero no siempre, ya que por ejemplo una fantasía no es física, sin embargo produce placer, y a veces bastante. Esto incluye la excitación al mirar porno, parafilias varias, o al quedarse babeando y fantasear sexo con una persona desconocida de físico exuberante, entre otras cosas. Demás está decir lo trascendental e intenso que es este tipo para muchos, me incluyo.
  3. Placer auditivo: uno de mis preferidos. Lo brinda la buena música (bueno, cosa de gustos...), una voz linda, el sonido de la naturaleza, etc.
  4. Placer visual: vinculado a la estética y el arte, el equilibrio de la materia visible: cuerpos, rostros, paisajes, espectáculos, etc.
  5. Placer psíquico: cito textual "deriva del recreo que provoca en el ser humano la imaginación y la fantasía, el recuerdo de lo agradable, el humor, la alegría, la comprensión y los sentimientos de equilibriopaz y serenidad, que granjean la llamada felicidad". Pienso que es fundamental que exista placer psíquico en conjunto con los demás tipos, dada nuestra condición de seres pensantes. La creatividad también entra en esta categoría, al igual que el placer intelectual, es decir, el regocijo o 'la belleza' de pensar.
  6. Placer emocional: lazos afectivos, pareja, familia, amigos, o también la afectividad personal respecto a cualquier cosa, una canción, una caricia, o cualquier estímulo que genera el brote emocional placentero, que puede ser alegría, excitación, empatía, paz, liberación, y muchos más.
  7. Placer espíritual: este lo brinda el acercamiento a experiencias espirituales, tales como la meditación, el yoga, la conciencia ecológica, un viaje a través de enteógenos (LSD, ayahuasca), o cosas más sutiles, tales como un insight acerca de la conciencia trascendental, etc.
Esos son algunos tipos, a partir de una clasificación arbitraria no científica, y guiándome también por Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Placer y su inagotable y salvador caudal de información (gracias!).

Para mí es un placer volver a escribir acá, y un placer hablar del placer (soy un hedonista más). Sólo concluir esta parte, diciendo que me inspiró a escribir este tema el hecho del placer que estoy sintiendo ahora, en este preciso momento, en todo sentido. Esta tarde fui a un río y estuve tomando sol durante más de una hora, y ahora mi cuerpo emana esta sensación tan rica; alguna reacción seguramente se produjo en mi piel por la influencia del astro rey, y lo cierto es que lo estoy disfrutando. La naturaleza nuevamente hace lo que mejor sabe. Esto sigue señores/as...

miércoles, 20 de agosto de 2014

Aceptar y validar, no sólo tolerar

Siempre recuerdo una aclaración que nos hizo una profesora años atrás, acerca de lo que significa tolerar. Nos decía: "Cuando yo tolero, quiere decir que no me desagrada la presencia de algo. Por ejemplo, yo no tolero el olor a fritura. Si lo tolerara, no me disgustaría, y lo podría soportar por muy malo que sea". La tolerancia es un concepto de tintes muy científicos, como de la física o la química. Pero en el caso de las relaciones humanas, creo que no es el mejor que se podría utilizar.

Aceptar, en cambio, es dejar que el otro u otra sea tal cual como es. No quiere decir que me tenga que hacer amigo de esa persona, o juntarme con él o ella, o estar de acuerdo con su ideología. Para nada. Aceptar es darse cuenta que hay otro ser humano distinto a tí, y saber vivir bien con eso. Es dejar tu narcisismo a un lado, y dejar que el otro u otra se exprese como guste. Siempre teniendo presente la frontera entre mi libertad y la del otro/a, y el respeto a los metros cuadrados. Pero si esa barrera no se ha violado, qué hace que cuestiones una postura distinta a la tuya? Es algo ridículo.

Desde la gestalt, Perls nos dice que aquello que más nos desagrada de otros/as es una faceta que tememos que se exprese de nosotros mismos. A mi juicio, es una idea tremendamente sabia. Fíjate en los estereotipos o características que odias de los demás, y luego pregúntate honestamente si tienes algo de eso. Probablemente, en tu fuero interno, puedas llegar a encontrar características similares en ti mismo. Desde el psicoanálisis, estás reprimiendo, por miedo al rechazo de los demás, y a su vez devaluas en los demás lo que no quieres en tu vida.

Hablé del estilo narcisista, ya que un problema recurrente de este estilo de personalidad es la falta de aceptación de los demás. Voy a explicar este fenómeno: el narcisista, o egocéntrico, cree y siente en el inconsciente (o quizás es consciente de ello) que el único modelo de ser humano a seguir es el de sí mismo, por tanto rechaza todo aquello que se diferencie o atente contra esta esta idea. Es decir, aceptación nula. Por tanto, no es raro que estos sujetos pierdan continuamente sus amistades y fallen en sus relaciones en general, puesto que las personas alrededor de un narcisista, en un punto se dan cuenta de lo restrictivos e incapacitantes que son los narcisos. O en caso contrario, pueden llevarse bien con un/a masoquista, una persona con autoestima disminuida, sumiso/a o de similares características. Si sientes que tu estilo de personalidad es predominantemente narcisista, que es un estilo bastante común, debes tener consciente este aspecto de tu personalidad, y evitar que provoque sinsabores en tus relaciones interpersonales. Practica tu capacidad de aceptar las diferencias.

Luego que hayas podido aceptar a tu semejante, validarlo es algo muy importante. A todos nos gusta que nos validen, que nos digan lo bien que lo estamos haciendo en tal o cual cosa. Validar es otorgar libertad plena al otro/a. Es decir que sí, que lo está haciendo perfecto, que siga así. Y sin perder la capacidad de crítica constructiva, lo podemos hacer. No es complicado aplicar estas conductas en tu vida. Parte por aceptarte y validarte a ti mismo, y no te será difícil con los demás. Aceptemonos con nuestras diferencias, y una vida en armonía para tí y aquellos a tu alrededor estará garantizada.

domingo, 17 de agosto de 2014

Roles sociales: disfraces impuestos... o escogidos?









El rol social es algo con lo que todos debemos lidiar desde la temprana infancia, y casi sin descanso. A su vez, utilizamos los roles para desenvolvernos en sociedad, ya sea personificando o atribuyendo los roles a las personas a nuestro alrededor. Estos roles son pautas de conducta que la sociedad impone y espera de cada uno de nosotros en una situación determinada. Esto supone un limitante bastante grande para la identidad, puesto que el rol la opaca, llegando a menguarla muchas veces, cuando el rol se apodera completamente del sujeto.

En diversos ámbitos de nuestra vida, estos roles nos son impuestos. Partiendo por la familia, en la cual ya desde el sexo o la configuración de hermanos y otras figuras dentro del núcleo familiar, se nos "otorga" un rol determinado, ya sea que fueses el hermano mayor, el del medio, el menor, la niña o el niño. A nivel de carácter, ésta también influye fuertemente en el rol familiar. Si eres más extrovertido que tus hermanos/as, probablemente tus padres asuman que la preferencia de opinión la tienes tú, y viceversa. Luego llegas a la escuela, y se te asigna otro rol dentro del curso, ya sea el de aplicado, desordenado, conversador, llorón, etc. En las etapas más tempranas (infancia, pubertad, adolescencia), todos estos roles asignados en la familia, escuela, vecindario, etc., juegan un papel decisivo en la formación de nuestra personalidad, ya sea utilizando estos roles, o rebelándose contra a ellos. 

En la etapa adulta, esta dinámica de roles sociales puede ser mucho más aguda, por el hecho de que convivimos con una mayor cantidad de grupos, al poseer una vida social más activa como lo exige esta etapa. En el trabajo, en la calle, en el banco o cualquier comercio, con los amigos y amigas, con los conocidos, y un largo etcétera. Todos nos asignan roles, y nosotros a ellos. Por lo tanto, ya es un sistema definitivamente instaurado, y desde que la sociedad existe. Los roles sociales operan a partir de las primeras impresiones y así se crea este disfraz, que la sociedad te presiona a usar. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es tener presente los roles que se nos asignan desde un principio en cada lugar, y asumir una postura crítica, inclusive utilitarista, ante ellos. Utilizar los roles? Por supuesto. Te pueden jugar a favor, en caso de que el otro asuma que posees un rol de mayor estatus dentro de ese círculo, ya sea porque tienes más competencias o poder de cualquier clase (económico, social, político, etc.). También puedes escoger un rol determinado, siempre que puedas llegar a personificarlo. A fin de cuentas, un rol social es tan sólo una consecuencia, una representación de un aspecto determinado de la identidad propia, que ha salido a la luz ante los demás, y por eso te lo asignan de tal manera, sea prejuicio o apreciación realista, para bien o para mal. 

Para entender las implicancias teóricas del concepto de rol social, recomiendo leer este artículo: http://es.wikipedia.org/wiki/Rol_social [Para ser de Wikipedia está bastante preciso]. Por lo pronto, me limito a describir el rol social desde la experiencia, y la verdad me parece un fenómeno bastante limitante de conocer la realidad, ya que al asignar roles, le ponemos barreras a las personas, asumiendo una postura de no aceptar las diversas facetas que cada uno de nosotros puede llegar a poseer. Hay personas a las que les encanta asignar roles de su antojo a los demás, incluso sin conocer al otro, y creo que ahí estamos hablando de una neurosis. Al respecto, entre menos prejuiciosos seamos, más inclusivos podremos ser, y estaremos más abiertos a una experiencia humana desprejuiciada y sin disfraces.

viernes, 15 de agosto de 2014

El destino te maneja, o tú manejas tu destino?

Siempre me ha llamado la atención la actitud de algunas personas acerca de su vida y su realidad, las cuales se ven como dependientes e incluso esclavos de su destino. Esto se evidencia en cada frase que emiten, en sus actos y sus no-actos, y en otros aspectos individuales. Es común este fenómeno sobretodo en la población mayor, los viejitos y viejitas, quienes también por un tema de desventaja física debiba a la edad, asumen una postura de desvalidos frente a la vida, y dependientes totalmente de sus circunstancias. Ya, esto se puede entender, aunque quizás no sea lo ideal... Sin embargo, cuando la persona de actitud pasiva no corresponde a este rango de edad, creo que nos encontramos con un limitante o problema para la vida de esa persona "joven". Creo que son personas que temen vivir, y por ende, se dejan llevar por la inercia de sus circunstancias ambientales. Para ser más claro, voy a citar algunas frases propias de la persona "desvalida":
  • Dios quiera que pase X cosa; nos vemos si Dios quiere.
  • Si tengo suerte, me ira bien.
  • Todo depende de X, no puedo hacer nada.
  • Nadie se acuerda de nosotros los pobres; así es la vida del pobre.
  • Para todo se necesita tener plata.
  • La vida está llena de peligros.
En todas estas frases, hay un patrón común de pasividad y victimización. En el caso de la población en situación de pobreza, podemos estar de acuerdo o no en que el sistema social es injusto, y por ende no todos nacemos con las mismas condiciones de supervivencia. Sin embargo, la personalidad de cada individuo y su motivación de superación pueden hacer mucho en el vuelco a su destino, teniendo presente que esto requiere de un cambio de mentalidad que muchas veces no se da por diversas razones. Veamos ahora unas frases similares, pero con una actitud ante la vida completamente distinta:
  • Yo quiero que pase X cosa; quiero que nos veamos.
  • Confío en que me va a ir bien.
  • Depende de X, pero por mi parte puedo hacer Y cosas para que salga bien.
  • Vivimos con falta de recursos económicos, pero con esfuerzo podemos salir adelante.
  • La plata es necesaria, sin embargo de X manera podremos remediar en algo la falta de recursos.
  • En la vida hay situaciones de riesgo, las cuales debemos saber sortear.
Si se fijan, el locus de control cambia en estas frases, pasa de ser externo a interno o intrínseco. Es decir, las personas con una actitud activa y motivada, son capaces de hacerse cargo de sus circunstancias, y dominarlas en beneficio de mejores resultados para su vida, contrario a las personas de actitud pasiva y resignada. Aquí el lenguaje utilizado juega un papel decisivo en la actitud que tengamos frente a la vida. Si te sentiste identificado con alguna de las frases de más arriba, te sugiero que trabajes mentalmente en ella(s), y de esa manera te re-programarás ante el destino de una manera mucho más efectiva, y los resultados sin duda serán mejores.

Como seres humanos, tenemos el potencial para hacer lo que sea. La cosa es poder llegar a activar estas potencialidades, y transformarlas en actos. Al sistema social no le conviene tener solamente personas empoderadas de su vida, ya que no habrían cargos de sumisión imprescindibles para un buen funcionamiento de este. Sin embargo, de tí depende el rumbo que tome tu vida. Basta de depender de todo. Toma aquellos aspectos de tu vida  que puedas mejorar, y acción! Sal de tu zona de confort, y verás lo bien que se siente. Lo más difícil es empezar. 


miércoles, 6 de agosto de 2014

“Cuidado! Se puede quebrar…” Obstáculos para la creatividad

Seguramente te parece familiar la frase contenida en el título. Parece como una orden de un adulto a un niño, un llamado a la prudencia o algo por el estilo. La verdad es que es bastante común ver a padres, madres u otros frenando a los niños en sus acciones. Si bien es importante que el pequeño posea reglas de conducta desde un adulto responsable, acerca de lo que puede y no puede hacer, lo cierto es que muchas veces los padres exageran en su manera de reglar a los hijos, con consecuencias lamentables para su desarrollo.


La creatividad es un tema que me apasiona bastante, sin embargo nuestra sociedad no siempre la valora, y tristemente se condena y/o discrimina a los creativos en ocasiones. En el desarrollo psicológico del individuo, es imprescindible que existan espacios de fomento a la creatividad, tales como el arte (dibujo, pintura, escultura, canto, baile, música, etc.), la libertad en su expresión ya sea oral, escrita, corporal o de cualquier tipo. Los niños nacen con la semilla de la creatividad, la cual, o bien se fomenta y crece, o se reprime y muere. Lo más común es lo segundo creo yo. En efecto, aunque en la infancia se manifieste la creatividad muy a flor de piel, los padres muchas veces cometen el error de coartarla, a través de órdenes prohibitivas hacia sus hijos. Por ejemplo, en el ámbito doméstico, lo ideal es que el niño tenga un espacio de recreación en donde pueda hacer todo el desorden que quiera, pintar, rayar (incluso las paredes, sería lo ideal) y expresarse a la manera que guste. Pero no siempre sucede así. En muchos casos, por diversos factores, el niño debe estar ceñido a las reglas de un living pulcro y ordenado, donde no debe tocar nada o si no cosas terribles pueden suceder… Parece absurdo, pero ese es exactamente el mensaje que un padre o una madre le da a su hijo/a al prohibirle que toque algo, que diga algo, que camine, que respire! En consecuencia, un niño que constantemente está siendo reprimido en sus actos, muy probablemente desarrollará una personalidad en base a este mecanismo de represión, siendo un niño retraído, de autoestima disminuida, o bien, un autómata inexpresivo.

Por otro lado tenemos al sistema social, que no hace más que fomentar esta represión. Carabineros, inspectores de colegio, jefes punitivos, sanción social (mirar feo, burlas a nivel grupal), y todo este tipo de entidades, puede que cumplan funciones útiles (a veces), pero muchas veces no hacen más que replicar el prototipo de padre o madre coartador/a. Para qué decir la tele, que reproduce una y otra vez, sin interrupción, los patrones anti-creativos de conducta. Todo está en contra de nuestra expresión auténtica del espíritu, la creatividad intrínseca. A fin de cuentas, para poder ser creativo, hay que ser bien creativo.

A nivel social, ocurren fenómenos dramáticos, que en lo personal me impactan. Se da mucho que cuando una persona X manifiesta su creatividad, es motivo recurrentemente de burlas, risas, comentarios insidiosos, etc., etc., etc… Si se fijan, el fenómeno de fondo es muy obvio: están reproduciendo los mensajes parentales aprendidos, por pánico a las cosas nuevas, al cambio y a la innovación. Pasa también con las preferencias. Ejemplo: un grupo de metaleros o hip-hoperos (se nota mucho el patrón en estos casos), escuchan su estilo de música, buena onda, pero llega alguien escuchando algo ligeramente distinto, y empieza el “bullying” hacia ese sujeto, con bromas de todo tipo, para denostarlo social y públicamente. Voy a citar también a los adolescentes, ya que en esta edad las conductas son mucho más evidentes que en la adultez. Los adolescentes se preocupan mucho de “encajar” en los grupos a costa de lo que sea. Y como no tienen una identidad bien definida, se pasan de un estilo a otro, y muchas veces renuncian a sus intereses intrínsecos para poder formar parte de un grupo social que posea status en su contexto. Y así sucesivamente, casos abundan acerca de este fenómeno de anti-creatividad que reina en la aprisionante sociedad actual.


A modo de cierre, me gustaría sugerir a los padres y madres que están leyendo esto, que fomenten la creatividad de sus niños. Lo ideal sería que estudiaran en un colegio acorde a esta necesidad, pero si no se puede, la casa es un potencial santuario de fomento a la capacidad creativa. Cómprele juguetes que lo hagan pensar, estimulantes, fomente el arte manual, dele un espacio físico de libertad a su hijo o hija, y por favor no le diga que NO todo el día, no le ponga un exceso de reglas, y verá como este niño resultará ser un adulto muy creativo, mental y emocionalmente ágil, libre, espontáneo y sagaz. Y si tú te consideras potencialmente creativo, exprésate, dale, fluye! Lo demás da lo mismo, sé tú mismo y serás libre.