domingo, 3 de agosto de 2014

Existencia escindida

La escisión es un mecanismo de defensa primitivo, es decir, surge en las fases más tempranas del desarrollo humano. Consiste en la incapacidad de ver al yo o los objetos (toda la realidad circundante) con sus cualidades positivas y negativas, virtudes y defectos, como parte de un todo integrado. En consecuencia, la persona que escinde, utiliza pensamiento dicotómico, polarizado, en donde sólo puede percibir la realidad de manera buena o mala, sin puntos intermedios. Divide a los objetos, la realidad, y su yo o ego también se ve afectado por esta escisión. Es un mecanismo de defensa bastante común en estructuras de personalidad psicóticas, así como también constituye una característica distintiva del trastorno de personalidad límite o borderline, cuya estructura de personalidad es límite, entre lo neurótico y lo psicótico. Puede darse con menor frecuencia entre los neuróticos.

Las consecuencias prácticas de escindir la realidad son a múltiple escala. En lo social, contribuye a relaciones inestables, experiencias emocionales intensas, tanto positivas como negativas, y cambios de humor oscilantes. Quien escinde utiliza muchas veces otros dos mecanismos primitivos, como lo son la idealización y la devaluación. Cuando el individuo idealiza a otro/a, sólo puede ver las características positivas, y las resalta. Por otro lado, al devaluar lo que hace es anular a un otro, viendo sólo lo malo de esa persona. Podemos encontrarnos continuamente con personas que utilizan la escisión, por ejemplo, en su discurso, en su manera de relacionarse, etc. Hay quienes aman profundamente a unos/as y a otros los repudian y odian; ahí se percibe la intensidad emocional con la cual actúa el individuo. Son personas muy intensas. También se da en las relaciones de estos individuos, quienes dividen a sus grupos sociales según buenos y malos, gente de bien y distorsionados, y modelan su manera de relacionarse en base a estos parámetros.  O también cuando se percibe a los deberes como una instancia de pulcritud, orden y disciplina, y a los placeres como un desatarse, un placer culpable o una liberación de algo acumulado. Bueno, a todos nos pasa esto último en mayor o menor medida, sin embargo en la personalidad límite se ve mucho más intensificado el fenómeno, llegando a generar en la persona una identidad disociada.

Los adolescentes muchas veces utilizan la escisión, y se van más a los extremos en sus concepciones. Sin embargo, esto es una conducta esperable para la etapa evolutiva, por lo tanto no debe ser un gran motivo de preocupación. Cuando sucede en la vida adulta, el individuo en su fantasía, vive constantemente entre el bien y el mal, en todo lo que lo rodea. Esto supone una escisión del yo, no pudiendo integrar sus propios aspectos positivos y negativos, ni tampoco los de los objetos, lo cual genera relaciones poco efectivas y sufrimiento en estas personas.

Hay instituciones e instancias que promueven fuertemente el estilo de vida escindido en los individuos. Ejemplos: la iglesia, algunos trabajos, familias ultra conservadoras, fuerzas armadas, etc. En general, el patrón es el mismo para todas: al poseer reglas tan limitantes para la libertad, y a veces punitivas, estas instituciones provocan que la persona en contexto privado, fuera de los ojos "vigilantes", actue completamente distinto (desatado) a como lo hace cuando se encuentra en el ámbito público, bajo la mirada de dichas instituciones. Es triste, puesto que lo que provoca a fin de cuentas es una desintegración del yo, y significa un gasto extra de energía mental para las personas. El escindido actua papeles distintos en cada situación, no pudiendo ser el mismo, y pierde autenticidad.

Algunas películas que abordan más o menos el mecanismo de escisión, son El Club de la Pelea, Inocencia Interrumpida y Mr. Jones. Una de mis favoritas es Fight Club. A continuación, los trailers de cada una.



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