domingo, 17 de agosto de 2014

Roles sociales: disfraces impuestos... o escogidos?









El rol social es algo con lo que todos debemos lidiar desde la temprana infancia, y casi sin descanso. A su vez, utilizamos los roles para desenvolvernos en sociedad, ya sea personificando o atribuyendo los roles a las personas a nuestro alrededor. Estos roles son pautas de conducta que la sociedad impone y espera de cada uno de nosotros en una situación determinada. Esto supone un limitante bastante grande para la identidad, puesto que el rol la opaca, llegando a menguarla muchas veces, cuando el rol se apodera completamente del sujeto.

En diversos ámbitos de nuestra vida, estos roles nos son impuestos. Partiendo por la familia, en la cual ya desde el sexo o la configuración de hermanos y otras figuras dentro del núcleo familiar, se nos "otorga" un rol determinado, ya sea que fueses el hermano mayor, el del medio, el menor, la niña o el niño. A nivel de carácter, ésta también influye fuertemente en el rol familiar. Si eres más extrovertido que tus hermanos/as, probablemente tus padres asuman que la preferencia de opinión la tienes tú, y viceversa. Luego llegas a la escuela, y se te asigna otro rol dentro del curso, ya sea el de aplicado, desordenado, conversador, llorón, etc. En las etapas más tempranas (infancia, pubertad, adolescencia), todos estos roles asignados en la familia, escuela, vecindario, etc., juegan un papel decisivo en la formación de nuestra personalidad, ya sea utilizando estos roles, o rebelándose contra a ellos. 

En la etapa adulta, esta dinámica de roles sociales puede ser mucho más aguda, por el hecho de que convivimos con una mayor cantidad de grupos, al poseer una vida social más activa como lo exige esta etapa. En el trabajo, en la calle, en el banco o cualquier comercio, con los amigos y amigas, con los conocidos, y un largo etcétera. Todos nos asignan roles, y nosotros a ellos. Por lo tanto, ya es un sistema definitivamente instaurado, y desde que la sociedad existe. Los roles sociales operan a partir de las primeras impresiones y así se crea este disfraz, que la sociedad te presiona a usar. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es tener presente los roles que se nos asignan desde un principio en cada lugar, y asumir una postura crítica, inclusive utilitarista, ante ellos. Utilizar los roles? Por supuesto. Te pueden jugar a favor, en caso de que el otro asuma que posees un rol de mayor estatus dentro de ese círculo, ya sea porque tienes más competencias o poder de cualquier clase (económico, social, político, etc.). También puedes escoger un rol determinado, siempre que puedas llegar a personificarlo. A fin de cuentas, un rol social es tan sólo una consecuencia, una representación de un aspecto determinado de la identidad propia, que ha salido a la luz ante los demás, y por eso te lo asignan de tal manera, sea prejuicio o apreciación realista, para bien o para mal. 

Para entender las implicancias teóricas del concepto de rol social, recomiendo leer este artículo: http://es.wikipedia.org/wiki/Rol_social [Para ser de Wikipedia está bastante preciso]. Por lo pronto, me limito a describir el rol social desde la experiencia, y la verdad me parece un fenómeno bastante limitante de conocer la realidad, ya que al asignar roles, le ponemos barreras a las personas, asumiendo una postura de no aceptar las diversas facetas que cada uno de nosotros puede llegar a poseer. Hay personas a las que les encanta asignar roles de su antojo a los demás, incluso sin conocer al otro, y creo que ahí estamos hablando de una neurosis. Al respecto, entre menos prejuiciosos seamos, más inclusivos podremos ser, y estaremos más abiertos a una experiencia humana desprejuiciada y sin disfraces.

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