miércoles, 20 de agosto de 2014

Aceptar y validar, no sólo tolerar

Siempre recuerdo una aclaración que nos hizo una profesora años atrás, acerca de lo que significa tolerar. Nos decía: "Cuando yo tolero, quiere decir que no me desagrada la presencia de algo. Por ejemplo, yo no tolero el olor a fritura. Si lo tolerara, no me disgustaría, y lo podría soportar por muy malo que sea". La tolerancia es un concepto de tintes muy científicos, como de la física o la química. Pero en el caso de las relaciones humanas, creo que no es el mejor que se podría utilizar.

Aceptar, en cambio, es dejar que el otro u otra sea tal cual como es. No quiere decir que me tenga que hacer amigo de esa persona, o juntarme con él o ella, o estar de acuerdo con su ideología. Para nada. Aceptar es darse cuenta que hay otro ser humano distinto a tí, y saber vivir bien con eso. Es dejar tu narcisismo a un lado, y dejar que el otro u otra se exprese como guste. Siempre teniendo presente la frontera entre mi libertad y la del otro/a, y el respeto a los metros cuadrados. Pero si esa barrera no se ha violado, qué hace que cuestiones una postura distinta a la tuya? Es algo ridículo.

Desde la gestalt, Perls nos dice que aquello que más nos desagrada de otros/as es una faceta que tememos que se exprese de nosotros mismos. A mi juicio, es una idea tremendamente sabia. Fíjate en los estereotipos o características que odias de los demás, y luego pregúntate honestamente si tienes algo de eso. Probablemente, en tu fuero interno, puedas llegar a encontrar características similares en ti mismo. Desde el psicoanálisis, estás reprimiendo, por miedo al rechazo de los demás, y a su vez devaluas en los demás lo que no quieres en tu vida.

Hablé del estilo narcisista, ya que un problema recurrente de este estilo de personalidad es la falta de aceptación de los demás. Voy a explicar este fenómeno: el narcisista, o egocéntrico, cree y siente en el inconsciente (o quizás es consciente de ello) que el único modelo de ser humano a seguir es el de sí mismo, por tanto rechaza todo aquello que se diferencie o atente contra esta esta idea. Es decir, aceptación nula. Por tanto, no es raro que estos sujetos pierdan continuamente sus amistades y fallen en sus relaciones en general, puesto que las personas alrededor de un narcisista, en un punto se dan cuenta de lo restrictivos e incapacitantes que son los narcisos. O en caso contrario, pueden llevarse bien con un/a masoquista, una persona con autoestima disminuida, sumiso/a o de similares características. Si sientes que tu estilo de personalidad es predominantemente narcisista, que es un estilo bastante común, debes tener consciente este aspecto de tu personalidad, y evitar que provoque sinsabores en tus relaciones interpersonales. Practica tu capacidad de aceptar las diferencias.

Luego que hayas podido aceptar a tu semejante, validarlo es algo muy importante. A todos nos gusta que nos validen, que nos digan lo bien que lo estamos haciendo en tal o cual cosa. Validar es otorgar libertad plena al otro/a. Es decir que sí, que lo está haciendo perfecto, que siga así. Y sin perder la capacidad de crítica constructiva, lo podemos hacer. No es complicado aplicar estas conductas en tu vida. Parte por aceptarte y validarte a ti mismo, y no te será difícil con los demás. Aceptemonos con nuestras diferencias, y una vida en armonía para tí y aquellos a tu alrededor estará garantizada.

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