miércoles, 6 de agosto de 2014

“Cuidado! Se puede quebrar…” Obstáculos para la creatividad

Seguramente te parece familiar la frase contenida en el título. Parece como una orden de un adulto a un niño, un llamado a la prudencia o algo por el estilo. La verdad es que es bastante común ver a padres, madres u otros frenando a los niños en sus acciones. Si bien es importante que el pequeño posea reglas de conducta desde un adulto responsable, acerca de lo que puede y no puede hacer, lo cierto es que muchas veces los padres exageran en su manera de reglar a los hijos, con consecuencias lamentables para su desarrollo.


La creatividad es un tema que me apasiona bastante, sin embargo nuestra sociedad no siempre la valora, y tristemente se condena y/o discrimina a los creativos en ocasiones. En el desarrollo psicológico del individuo, es imprescindible que existan espacios de fomento a la creatividad, tales como el arte (dibujo, pintura, escultura, canto, baile, música, etc.), la libertad en su expresión ya sea oral, escrita, corporal o de cualquier tipo. Los niños nacen con la semilla de la creatividad, la cual, o bien se fomenta y crece, o se reprime y muere. Lo más común es lo segundo creo yo. En efecto, aunque en la infancia se manifieste la creatividad muy a flor de piel, los padres muchas veces cometen el error de coartarla, a través de órdenes prohibitivas hacia sus hijos. Por ejemplo, en el ámbito doméstico, lo ideal es que el niño tenga un espacio de recreación en donde pueda hacer todo el desorden que quiera, pintar, rayar (incluso las paredes, sería lo ideal) y expresarse a la manera que guste. Pero no siempre sucede así. En muchos casos, por diversos factores, el niño debe estar ceñido a las reglas de un living pulcro y ordenado, donde no debe tocar nada o si no cosas terribles pueden suceder… Parece absurdo, pero ese es exactamente el mensaje que un padre o una madre le da a su hijo/a al prohibirle que toque algo, que diga algo, que camine, que respire! En consecuencia, un niño que constantemente está siendo reprimido en sus actos, muy probablemente desarrollará una personalidad en base a este mecanismo de represión, siendo un niño retraído, de autoestima disminuida, o bien, un autómata inexpresivo.

Por otro lado tenemos al sistema social, que no hace más que fomentar esta represión. Carabineros, inspectores de colegio, jefes punitivos, sanción social (mirar feo, burlas a nivel grupal), y todo este tipo de entidades, puede que cumplan funciones útiles (a veces), pero muchas veces no hacen más que replicar el prototipo de padre o madre coartador/a. Para qué decir la tele, que reproduce una y otra vez, sin interrupción, los patrones anti-creativos de conducta. Todo está en contra de nuestra expresión auténtica del espíritu, la creatividad intrínseca. A fin de cuentas, para poder ser creativo, hay que ser bien creativo.

A nivel social, ocurren fenómenos dramáticos, que en lo personal me impactan. Se da mucho que cuando una persona X manifiesta su creatividad, es motivo recurrentemente de burlas, risas, comentarios insidiosos, etc., etc., etc… Si se fijan, el fenómeno de fondo es muy obvio: están reproduciendo los mensajes parentales aprendidos, por pánico a las cosas nuevas, al cambio y a la innovación. Pasa también con las preferencias. Ejemplo: un grupo de metaleros o hip-hoperos (se nota mucho el patrón en estos casos), escuchan su estilo de música, buena onda, pero llega alguien escuchando algo ligeramente distinto, y empieza el “bullying” hacia ese sujeto, con bromas de todo tipo, para denostarlo social y públicamente. Voy a citar también a los adolescentes, ya que en esta edad las conductas son mucho más evidentes que en la adultez. Los adolescentes se preocupan mucho de “encajar” en los grupos a costa de lo que sea. Y como no tienen una identidad bien definida, se pasan de un estilo a otro, y muchas veces renuncian a sus intereses intrínsecos para poder formar parte de un grupo social que posea status en su contexto. Y así sucesivamente, casos abundan acerca de este fenómeno de anti-creatividad que reina en la aprisionante sociedad actual.


A modo de cierre, me gustaría sugerir a los padres y madres que están leyendo esto, que fomenten la creatividad de sus niños. Lo ideal sería que estudiaran en un colegio acorde a esta necesidad, pero si no se puede, la casa es un potencial santuario de fomento a la capacidad creativa. Cómprele juguetes que lo hagan pensar, estimulantes, fomente el arte manual, dele un espacio físico de libertad a su hijo o hija, y por favor no le diga que NO todo el día, no le ponga un exceso de reglas, y verá como este niño resultará ser un adulto muy creativo, mental y emocionalmente ágil, libre, espontáneo y sagaz. Y si tú te consideras potencialmente creativo, exprésate, dale, fluye! Lo demás da lo mismo, sé tú mismo y serás libre.

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